Extender una buena vida a más vidas

MANUELA BERGEROT UNCAL

SECRETARIA DE ORGANIZACIÓN DE MÁS MADRID

Mi plaza favorita en Madrid es la de la Memoria Vinculante, porque lo que no nos enseñan los libros de Historia lo cuenta el callejero de Usera: la historia del pueblo que nos recuerda que juntas valemos mucho más, además de la emoción que nos provoca saber que somos parte de una comunidad que se organiza y participa en el diseño de la vida en común. Las calles de Orcasitas nos recuerdan que no empezamos desde cero, sino que tenemos la fortuna de impulsarnos en quienes han puesto la política en el centro históricamente desde los barrios.  

En cada encuentro que tenemos en los barrios y los pueblos compartimos el deseo de gobernar y el orgullo de llegar a 2023 siendo comunidad, pudiendo conocer y reconocernos en las historias de vida, compromiso y proyectos que hay en cada rincón de nuestra región por una vida mejor. 

Frente a la cultura de la antipolítica del PP sostenida sobre la destrucción histórica de lo colectivo y la negación de una memoria que nos permitiera conectar con las mejores experiencias por el bien común, estamos viviendo la recuperación del valor de dedicar el tiempo a mejorar la vida de nuestros vecinos y vecinas. La recuperación de la política como una herramienta para transformar la realidad y nosotras tenemos el reto de seguir construyendo una organización que sea funcional a ese objetivo. 

La semana pasada volvimos al trabajo institucional (en los barrios y en los pueblos estamos siempre), espacio donde en cada propuesta mostramos que es posible una Comunidad de Madrid moderna, justa y equitativa. Propuestas que revelan el trabajo que hay con expertos, profesionales, asociaciones, organizaciones y con nuestras asambleas municipales, porque la inserción territorial es la que nos permite proponer políticas públicas acordes a todas las realidades de la Comunidad de Madrid, la que nos permite identificar mejor los déficits, los anhelos de la gente y donde se puede concretar una vida mejor incluyendo la realidad local y la diversidad de su población.

Necesitamos soltar el lastre que supone el PP para Madrid, incapaz de gobernar acorde a los retos del siglo XXI y a la realidad social, porque una comunidad moderna y plural no puede garantizarse desde la mirada uniforme de la centralidad y desde arriba, necesitamos articular políticas públicas mirando a ras de gente, esa es la mirada que nos permite identificar las singularidades de cada barrio y ajustar la efectividad de nuestro trabajo.

Comienza un curso político y hemos logrado transitar de ser una maquinaria electoral a ser una organización con una cultura organizacional sistémica, que crea conciencia en cada una de las personas que la conforman de la interdependencia y del impacto global que genera cualquier de las partes del sistema. Durante estos dos años nuestra organización no sólo ha logrado mantenerse firme en un contexto muy cambiante, sino que ha seguido creciendo,  ha seguido echando raíces a la vez que éstas eran las que nos sostenían en las inclemencias de una pandemia y sus consecuencias, una borrasca y las elecciones irresponsables que convocó Ayuso en 2021.

En nueve meses nos enfrentaremos como principal organización política progresista a elecciones autonómicas y municipales y, para redoblar nuestro trabajo territorial, necesitamos dotar a nuestra organización de estabilidad. Una estabilidad que permita a cada militante seguir haciendo barrio, seguir interpelando a cada vecina y vecino con el amor que sentimos por Madrid.

Seguiremos desconcentrando la acción política hacia cada pueblo, seguiremos pensando el Sur desde el Sur y dialogando con quienes llevan años sosteniendo una vida comunitaria a través de sus asociaciones, organizaciones y medios de comunicación locales. Impulsándonos en quienes saben que el municipalismo no es ninguna moda, como Jesús Pérez, nuestro concejal en Getafe, comprometido con experiencias de presupuestos participativos desde mediados de los 80 en el movimiento social en Getafe; con la continuidad de quienes hicieron posible un cambio de modelo energético en los municipios como el caso pionero de Alpedrete como municipio solar; en el futuro que nuestro concejal Fernando Romero abrió para 90 jóvenes en Coslada a través de un plan de formación y empleo cuando parecía que no había salida para ellos y ellas; con la convicción de quienes defendieron que el reto era extender Madrid Central; con el activismo de las compañeras de la asamblea de Alcorcón en favorecer la participación de las mujeres magrebíes a través de clases de español y actividades culturales; dialogando con quienes visibilizan realidades locales desde las ondas de Hortaleza, cuyas vecinas y vecinos saben bien lo que es sostener los espacios comunes para construir ciudadanía; impulsándonos en la experiencia de gobierno de nuestros compañeros de Móstoles, que hicieron real pasar de 35 a 170 viviendas para quienes viven situaciones de emergencia habitacional en el municipio. 

Para cumplir nuestro propósito y nuestro deseo de gobernar para extender una vida buena a más vidas, necesitamos seguir construyendo comunidad sin exponer a nuestra organización a la inestabilidad de quienes no contemplan Madrid como su principal propósito.