Más Madrid critica que la modificación de las normas urbanísticas aprobada por Almeida no resuelve ningún problema de la ciudad 

  • La líder de la oposición en Madrid, Rita Maestre: “Lo que el gobierno municipal vende como una modificación para acabar con la burocracia es realmente una desregulación, que no aporta soluciones ni afronta las transformaciones relevantes que urgen en Madrid y a las que hay que hacer frente”  
  • Para el concejal Paco Pérez, lo que fue una de las grandes promesas del Gobierno municipal ha resultado ser un fiasco: “la capital seguirá sufriendo los problemas de las casas de apuestas en los barrios vulnerables, las plataformas logísticas y cocinas industriales en zonas residenciales, etc. 
  • “La ciudad se transforma sin que este gobierno sea consciente y cuando llega, muchas veces es tarde. Necesitamos otra forma de leer y de gestionar la ciudad y el grado de saturación de los usos”, ha constatado Paco Pérez 
Palacio de Cibeles.
Palacio de Cibeles.

Madrid, 6 junio 2022 

Lo que fue una de las ‘grandes promesas’ de mandato del Gobierno de Almeida no ha resultado más que otro fiasco. La modificación de las normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de 1997 carece de contenido y no introduce cambios en el modelo territorial. Así lo considera la líder de la oposición en Madrid, Rita Maestre, para quien “se trata de un cambio que, bajo el mantra de acabar con la burocracia lo que hace es desregular, sin aportar ideas ni soluciones, sin afrontar ninguna de las transformaciones relevantes que están surgiendo en las ciudades y a las que hay que hacer frente. Por eso hemos votado en contra”.  

Por su parte, el concejal de la primera fuerza política de Madrid Paco Pérez ha apostillado que lo aprobado en el pleno extraordinario de Cibeles provoca que la ciudad siga sufriendo los mismo problemas que hasta ahora: la proliferación de casas de apuestas en los barrios más humildes de la ciudad, que “arrasan” el comercio de barrio; la presión derivada de los usos turísticos sobre el espacio residencial, que ha derivado en la expulsión de la población del centro de la ciudad; la ocupación ilegal de los patios de manzana; o el desarrollo de usos incompatibles con el uso residencial y con ciertos equipamientos sensibles como son las plataformas logísticas o las cocinas fantasma (cuya moratoria deja fuera a parte de la ciudad, como el paseo Imperial, que es donde están proliferando); y tampoco resuelve la monetización de las cesiones en las actuaciones de dotación con la consecuente pérdida de locales para equipamientos en los barrios más densos.  

Un documento sin análisis  

Respecto al documento de modificación de las normas urbanísticas, Más Madrid ha criticado que carece de cualquier tipo de análisis o diagnóstico de los procesos urbanos en marcha sobre los que se pretende actuar. Pérez ha explicado que la normativa del Plan General configura el espacio urbano, permite o limita la lucha entre actividades económicas más o menos rentables, perpetua o legaliza espacios que nunca deberían haberse construido y que precarizan el espacio urbano, fomenta o no la convivencia entre las actividades económicas, permite o no el descanso de los vecinos, etcétera. “Sin embargo, el Gobierno de Almeida rehúye la realidad porque no sabe lo que ocurre en esta ciudad, ni un solo dato avala la modificación que ha traído al pleno”.  

En este sentido, Paco Pérez ha recordado algunas de las sugerencias planteadas por Más Madrid en noviembre pasado y que no se han tenido en cuenta:  
1.- La regulación de los locales de juego y de las casas de apuestas, por ejemplo, para impedir su implantación a una distancia inferior a 500 metros de los accesos de algunos equipamientos sensibles, como los centros de salud o de asistencia sanitaria, o los centros educativos; para controlar el aspecto final de los locales evitando que actúen como reclamo, y para evitar la concentración excesiva. 
2.- La aplicación de un régimen transitorio para las cocinas industriales existentes, de modo que exista un plazo para que se adapten a las nuevas condiciones aprobadas. 
3.- La inclusión en las normas de algunas de las herramientas de la ley del suelo estatal para endurecer las condiciones en las que un edificio residencial puede desaparecer y albergar otro uso más rentable. Las actuaciones de dotación o el derecho de tanteo y retracto podrían ayudar a garantizar el acceso a la vivienda. Pero también el derecho al trabajo. En la misma línea, aunque con efecto inverso, la regulación actual favorece la destrucción del tejido ocupado por las actividades económicas y su sustitución por usos residenciales, como en el Polígono ISO en Carabanchel. 
4.- La incorporación del concepto de calle y camino escolar al capítulo 7.14 de las normas, en sintonía con la Ordenanza de Movilidad. 
5.- La creación de una herramienta versátil que permita el control sobre nuevos usos con impacto negativo sobre la ciudad, como los locales de apuestas, las cocinas industriales y las plataformas logísticas. La ciudad se transforma sin que la administración sea consciente y cuando llega muchas veces es tarde. Necesitamos otra forma de leer y de gestionar la ciudad y el grado de saturación de los usos, la definición de equipamientos sensibles o la definición de indicadores que puedan ayudar a evaluar el impacto ambiental o social de algunas actividades servirían para tomar decisiones. 

Por último, el grupo municipal de Más Madrid tampoco está de acuerdo con la identificación que se hace en la propuesta entre controles administrativos y trabas burocráticas que, lejos de solucionar, suponen una desregulación máxima, ya que hacen desaparecer varios supuestos en los que la implantación del uso obligaba a la redacción de un plan especial: los patios de manzana, la ampliación de los usos dotacionales públicos y privados, la implantación de usos autorizables. “Lo que está haciendo es eliminar las labores de control de la ciudadanía y de este pleno sobre lo que ocurre en la ciudad”, ha concluido Paco Pérez.